Gobernaron la mayor parte del actual estado hindú de Karnataka entre los siglos X y XIV.En el siglo XII, aprovechando la guerra entre los reinos del Imperio Chalukya Occidental y Kalachuri, se anexionaron vastas regiones de Karnataka y las fértiles áreas al norte del río Kaveri en el actual Tamil Nadu.Según cuenta la leyenda kannada un joven, Sala, animado por su gurú jaina, golpeó hasta dar muerte a un tigre que se encontraba junto al templo de la diosa Vasantika en Sosevur.Esta leyenda apareció por primera vez en la inscripción de Vishnuvardhana en Belur (1117), pero las inconsistencias en el relato relegan la historia al mundo del folclore.Pero no hay registros que enlacen a los Hoysala directamente con los Yadava del norte de la India.[6][7][8][9][10][11][12][13] Los reyes de Hoysala llevaban este título con orgullo en canarés en su firma real y sus inscripciones.El siguiente soberano, Munda (1006–1026), fue sucedido por Nripa Kama II, ostentador del título Permanadi, que muestra una alianza ya por aquel tiempo con la Dinastía Ganga Occidental.[25][26][27] Es decir: los Hoysala empezaron como subordinados de los chalukya de Occidente y formaron poco a poco su propio imperio en Karnataka con reyes fuertes como Vishnuvardhana, Vira Ballala II y Vira Ballala III.[49][50] Este nuevo reino hindú resistió las invasiones del norte y prosperaría más tarde hasta convertirse en el Imperio Vijayanagara.Los impuestos de la tierra se llamaban siddhaya e incluían las tasas originales (kula) más varios cargos adicionales.[59] La asamblea local podía establecer impuestos especiales para propósitos específicos como la construcción de albercas.[60] El reino estaba dividido en provincias llamadas Nadu, Vishaya, Kampana y Desha, en orden decreciente de tamaño[61] Cada provincia tenía un órgano local de gobierno que consistía en un ministro (Mahapradhana) y un tesorero (Bhandari) que respondía ante el gobernador provincial (Dandanayaka).Se dividían en pana o hana, unidades que valían una décima parte del honnu.La sociedad Hoysala era un reflejo de los movimientos culturales, religiosos y políticos que empezaban a asomar por aquella época.Las mujeres de la familia real podían tener responsabilidades administrativas, como nos cuentan algunas fuentes que hablan del trabajo que realizó la reina Umadevi en Halebidu en ausencia de Vira Ballala II, cuando este se dirigió al norte para llevar a cabo varias campañas militares.El comercio en las costas occidentales atrajo a inmigrantes de diferentes orígenes, incluyendo árabes, judíos, persas, chinos y malayos.Algunos pueblos, como Shravanabelagola, comenzaron siendo apenas un asentamiento religioso en el siglo VII y se desarrollaron hasta convertirse en importantes centros de comercio en el siglo XII gracias a la llegada de mercaderes prósperos, mientras que un lugar como Belur se transformó en un lugar majestuoso cuando el rey Vishnuvardana erigió el templo Chennakesava.La construcción de templos tenía un propósito comercial más allá del puramente religioso y no se limitaba a ninguna corriente hindú en particular.[72] Los templos que erigían los terratenientes en los ambientes rurales cubrían las necesidades religiosas, fiscales, políticas y culturales de las comunidades agrarias.
Ganesh, Templo de Halebid, Dinastía Hoysala, Karnataka, India.
Pilar
Garuda
en
Halebidu
con inscripción en canarés antiguo.
Virgal
(piedra del héroe) con inscripción en canarés antiguo, 1220 d. C. en
Arasikere
, Karnataka.