Basado en esta dinámica, diversos grupos comenzarían a surgir posteriormente para atender otro tipo de dependencias, por ejemplo apoyo para combatir las adicciones a drogas, la obesidad, las apuestas compulsivas, o la sexualidad descoyuntada.
El término doce pasos hace referencia entonces a la cronología propuesta por estas terapias para sobrellevar o vencer este tipo de adicciones.
[4] Se estima que algunos miembros recayeron el vicio durante la etapa de aislamiento social.
[6] Durante la emergencia sanitaria por el COVID-19 varias oficinas, espacios de atención y anexos cerraron sus puertas debido al riesgo.
Por eso, para seguir en contacto con otros alcohólicos y llegar a los que aún no conocían la comunidad, implementaron nuevas tecnologías que permitieron mantener en pocas horas un gran número de reuniones 'online', a través de plataformas como Skype o Zoom.
En un artículo para Los Angeles Times, Marisa Gerber entrevistó a diferentes militantes de grupos en Estados Unidos, quienes coincidieron en que estos no podían dejar de funcionar en su totalidad ya que no se podía prever cuando alguien en desesperación requiriera la ayuda.
[3] El COVID-19 alcanzó a militantes de dichos grupos, presentándose contagios y fallecimientos en ellos.