Ignacio de Soroeta fue gobernador del Paraguay en 1731.
Más que gobernar, pasó a Lima cuando fue expulsado de Asunción.
Su informe agravó la situación de José de Antequera y Castro y su aguacil Juan de Mena.
Camino al cadalso y con la multitud limeña convulsionada, el Virrey los hizo matar.
Cuando se supo la noticia en Asunción, explotó la ira popular contra los jesuitas.