Su apellido varía según los diversos de los escritos biográficos sobre él, variando entre "Molar Ja", "Molarja", "Molargia", "Molarsa",[3] y "Molarza".
En 1653 junto al criollo Jerónimo de la Canal llegaron al pueblo de Cucubarunich, lugar en el cual un indígena pima los mandó a matar a entrambos, pero sin ningún resultado ya que había pimas del lado de los jesuitas en defensa.
Dos años después en 1655 regresó a Arizpe junto con De la Canal, recibiendo una carta desde Roma, escrita por el padre general Gosvino Nickel el 24 de enero y recibida por manos del padre provisional Juan del Real a mediados del mismo año, la cual tenía el manuscrito: Explicando que Molarja fue llamado a seguir con la misión de Tepotzotlán después del retiro del padre Oracio Carochi, pero si por algún motivo Molarja no podía cumplir con ello, el sustituto que tomaría su lugar sería Pedro de Valencia, lo cual sucedió.
Aun teniendo a hechiceros en su contra, el padre comenzó a trabajar con los niños indios para cantar las oraciones e implorar la divina clemencia, consiguiendo copiosas lluvias, lo cual hacía mucha falta.
Un año después, el padre Gosvino Nickel escribió y envió otra carta ahora al misionero Alonso Bonifacio desde Roma diciendo: Informando que se le diera y construyera un altar al misionero fallecido.