Está considerado uno de los más importantes artífices del estilo Neoclásico en España.
Había llegado desde su ciudad natal a Madrid para estudiar en la Real Academia de San Fernando, donde se formó y obtuvo una pensión en Roma.
[3] Desarrolló casi toda su obra en Toledo, bajo la protección del cardenal Francisco de Lorenzana, decidido impulsor de la renovación arquitectónica neoclásica toledana.
En la ciudad imperial creó sus obras más conocidas, como la Puerta Llana de la catedral, terminada en 1800.
En Toledo realizó también el edificio de la Real Universidad, en la que muestra de nuevo su austero y depurado estilo clasicista, con especial predilección por el uso de sencillas columnatas, visible en la fachada y en el patio.