En su fachada principal cuenta con una torre central rematada en aguja y en su interior tiene tres naves.
El obispo Gómez Plata visitó en 1847 la población y, claro esta, la capilla existente, la cual encontró no muy adecuada para el servicio parroquial e inmediatamente ordenó la construcción de un nuevo templo.
El diseño corrió a cargo de los arquitectos, el colombiano Tomás Uribe y el belga Agustín Goovaerts, este último quien por esa época se encontraba en Colombia desempeñándose como “Ingeniero-Arquitecto del Departamento de Antioquia”.
Olegario Gil De la familia Mena Gil dejó casi toda su fortuna para la edificación del templo; y Eleuterio López -Tello- y su esposa Rosa Valencia dieron los primeros dineros para el nuevo templo, así como un palio, una finca para el sostenimiento del culto, el reloj del templo con sus cuatro caras y las campanas que fueron traídas de Alemania; una de ellas se llama San Pedro y la otra San Pablo y ambas cuentan con grabados alrededor de su parte inferior -la más ancha- las figuras de doce ángeles.
Benjamín Gutiérrez y sus hijos construyeron el primer altar de madera -estilo arte quiteño- que estuvo hasta cuando se colocó el actual de mármol, el cual fue traído de Italia y comprado por el P. Jesús María Restrepo; este sacerdote compró también el órgano marca E.F.