Su sólida construcción original y las numerosas restauraciones han conseguido que hoy en día la iglesia siga siendo considerada la más impresionante de las construcciones Cretenses.
Consta de una amplia y elevada nave única de cuatro tramos con pequeñas capillas entre los contrafuertes, cabecera poligonal y coro alto a los pies.
Por otro lado, al exterior destaca la magnífica fachada realizada en estilo manierista conjugando diversos motivos clásicos.
Sobre ellas un friso con bajorrelieves representando la pasión y la muerte de Jesús.
En el primer frontón sobre las cinco hornacinas, hoy vacías, se representa a Dios como padre eterno y un poco más arriba en el frontón superior, un nuevo relieve representando la coronación de la virgen por la trinidad.