Fue consagrada a Santa Ana; madre de la Virgen María.
Al actual templo, se le fueron trasladadas algunos objetos de la antigua ermita como la escalera de caracol y algunos tableros tallados con los que se revistió la parte exterior del púlpito.
En el año 1854, un incendio consumió parte del arrabal, incluyendo a la iglesia de Santa Ana y su estructura y el adorno de los altares fueron destruidas por las llamas del techo.
Los dos primeros son de arquitectura arcaica para el siglo xviii, las columnas que flanquean la puerta se asemejan a la arquitectura de Panamá Viejo, aunque el remate ondulado tiene estilo barroco.
La torre cuyo campanario esta rematado con un chapitel piramidal, sigue el ejemplo de la catedral; el techo y los interiores se quemaron en el incendio de 1854, y la iglesia ha quedado en ruinas por muchos años.