En el altar mayor se ve un crucifijo del siglo XV atribuido a Paolo Veneziano.
Ellas están adornadas con un ciclo de frescos que representan las ocho sibilas, videntes de la cultura griega y romana a quienes se creía que habían predicho eventos como la Anunciación, la Crucifixión y la Resurrección.
La bóveda del techo se divide en cuatro partes que representan respectivamente a los cuatro santos Padres de la Iglesia occidentales -san Jerónimo, san Agustín, san Ambrosio y san Gregorio- en tantos rondas, rodeadas de inscripciones, follaje decorativo y niños que portan los instrumentos de la Pasión.
Sobre el altar principal las nervaduras de la cúpula están pintadas al fresco con motivos que recuerdan a Cristo y a los cuatro evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Este ciclo pictórico se ha atribuido tradicionalmente a la escuela de Padua y Bolonia.