Su ubicación en una plaza central y su proximidad con el antiguo ayuntamiento, hacen que tenga marcado carácter asambleario, pues hasta el siglo XV se reunía en ella el Concejo de la ciudad y los nobles.
La portada sur, que da a la plaza, está compuesta por ojivas góticas y sigue un estilo gótico isabelino.
A pesar de las numerosas reformas se ha conservado el ábside románico de la primitiva construcción, con sus curiosos canecillos con la popular bailarina que salta, brinca y se contorsiona.
Una figura que encontramos rodeada de músicos, juglares y saltimbanquis.
Cuenta con una torre y una fuente, adosada a la cabecera, también renacentista del siglo XVI.