Presenta una cornisa de triglifos y metopas que lo separan del segundo cuerpo.
Los vanos del campanario, uno a cada lado, se enmarcan por parejas de pilastras corintias.
Realizada en 1730, esta portada se conforma por un arco de medio punto cuyas impostas van enmarcadas por molduras.
Sobre ella se sitúa el escudo del Cabildo Catedralicio de Sevilla y un frontón triangular coronado por tres jarras con azucenas.
Estos elementos podrían proceder del desaparecido Convento de Santa Clara.
Dentro del frontón hay un panel cerámico con una representación solar que da nombre a la puerta.
La cubierta es de bóvedas nervadas sexpartitas, con nervios diagonales y espinazo, que se forman mediante arcos transversales muy apuntados.
La hornacina central está dividida en dos manifestadores que acogen al titular, San Miguel Arcángel, en el registro inferior y a la Virgen de la Tórtola o de las Cumbres en el superior.
Con anterioridad al actual, consta que existía un retablo del siglo XVI con una imagen escultórica de San Miguel.
En 1732 se le adosó el camarín de planta cuadrada, cubierto con bóveda vaida.
En el retablo de la capilla podemos ver la pequeña imagen del Niño Jesús, que contaba con hermandad propia en 1704.
se accede a ella mediante un arco apuntado doble de granito del siglo XVI.
En los primeros años del siglo XX se levantó el monumento funerario de José María Morón y Barrientos.
Tras permanecer muchos años en la sacristía, fue cedida al Museo Diocesano de Arte Sacro y posteriormente recuperada para la parroquia.
Procesiona en Semana Santa, igual que el Cristo Yacente, del siglo XVIII y de autor desconocido.
Con una tupida ornamentación floral y vegetal, tiene una estructura en forma de tríptico rematada por una gran venera.