Su construcción se comienza en el siglo XIV, y se continúa durante más de una centuria, siendo acabada con importantes modificaciones sobre su traza inicial durante la segunda mitad del siglo XVI, hacia el año 1564.
Por ello cuenta con elementos arquitectónicos que son propios del gótico, en su cuerpo y estructura principal, y también del renacimiento, en las obras realizadas en su última etapa constructiva.
Consta de una sola y amplia nave realizada en piedra de sillería y cubierta con bóvedas de crucería estrellada; con capillas entre los contrafuertes, que en su parte superior se muestran claramente al exterior.
Documentalmente consta la intervención en esta iglesia del arquitecto Sancho de Cabrera, que trabajó en la nave, la torre y el coro.
En él se incluye una sencilla portada renacentista a los pies, situada entre una sobria torre de base cuadrada a un lado y una fina torrecilla poligonal con reloj al otro; esta, abierta superiormente y rematada con chapitel piramidal.