La iglesia anterior fue diseñada por el prestigioso arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo, levantada entre 1916 y 1920.
La nueva iglesia destacaba por dos altas torres que flanqueaban la facahada, rematadas ambas con cahipeteles bulbosos.
El templo pretendía satisfacer el incremento demográfico de la villa gracias a la minería.
Tras la Guerra se levanta un nuevo templo simulando la silueta del anterior pero mucho más racionalista, diseñado por los Hermanos Somolinos.
La estructura interior es abovedada con arcos fajones y revestida de madera.