La magnificencia del paisaje contrasta con el pobre y austero aspecto externo de la construcción.
A partir del cruce, el camino, que asciende hacia los Páramos de la Lora, se convierte en empinado y sinuoso.
Se conserva la estructura original tardorrománica, con cabecera rectangular abovedada con cañón apuntado corrido a menor altura que la nave y portada abierta en el hastial, enteramente revocada y compuesta de arco de medio punto rodeado por dos arquivoltas lisas y chambrana biselada, el conjunto reposando sobre jambas lisas fruto de reformas modernas.
A esta estructura original se vinieron a añadir, posiblemente en el siglo XVIII, dependencias anexas como la sacristía -parcialmente hundida- que se adosa al muro septentrional de la nave, el atrio rectangular cerrado y el trastero que enmascaran el cierre occidental del edificio, la capilla bautismal y la espadaña ya comentada.Está muy bien visitarla El techo está parcialmente hundido, afectando al interior del templo, donde se conserva una magnífica pila bautismal románica contemporánea de la erección del templo.
La pila cuenta con tres escenas: el combate entre un enorme y desproporcionado dragón alado de cola enroscada que es atacado por dos infantes.
Completa la ornamentación una tercera escena en la que se relata la lucha de una pareja de leones, el izquierdo rampante y alado apoyando sus garras sobre el lomo del otro felino, que vuelve su largo y desproporcionado cuello hacia su agresor.