Levantada hacia el segundo cuarto del siglo XIII, se trató inicialmente de un sencillo templo románico de una sola nave y ábside, con una potente torre adosada al norte.
[1] En el siglo XVI se llevó a cabo una completa remodelación estructural, incluyéndole una nueva nave al sur, y se sustituyó la cubierta de madera por una bóveda de crucería en piedra.
[1] Destaca en el conjunto su imponente torre acastillada, coronada por unos pináculos góticos de bolas en las esquinas,[1] y gárgolas barrocas.
En su exterior son muy visibles las intervenciones que modificaron el templo en la segunda etapa constructiva, y es de señalar su portada renacentista.
[2] Por no haberse ejecutado la restauración, su deterioro fue en aumento, y en el año 2012 se desplomó la cubierta, dejando el templo a la intemperie.