Situado extramuros de la villa y en el barrio al que da nombre, durante la Edad Media fue cabecera de un pequeño arrabal que con el paso del tiempo se fusionó a la villa.Pese a las diversas modificaciones sufridas en el tiempo, actualmente conserva su traza original, reafirmada con una completa restauración llevada a cabo durante 1989-1994, después de haber sido declarada Bien de Interés Cultural en 1982.Su portada principal, situada en el Oeste, es una verdadera filigrana del arte mudéjar.Se levantan desde el suelo cinco filas de ladrillos en saledizo, con sus respectivas roscas muy peraltadas.A ambos lados, arquerías ciegas de medio punto que llegan hasta el alero completan el conjunto, todo ello sobre una portada románica que conserva sus respectivas columnas y capiteles historiados, datados a principios del siglo XIII.La primitiva torre estaba ubicada al lado opuesto que la actual, y se conserva rebajada a la altura del tejado, ocupando la sacristía de la iglesia.Sobre el artesonado mudéjar se construyó una bóveda barroca, que actualmente se encuentra oculta bajo otra, una bóveda de cañón corrido, de yesería del siglo XIX, tal y como recuerda una inscripción localizada en el arco de la nave central, donde se lee «Hízose esta obra siendo cura D. Isidoro Ibáñez Alonso, por Clemente Mesón.Fueron restaurados a finales del siglo XX y están perfectamente consolidados.Está dedicado a San Andrés, cuya efigie ocupa el centro del mismo.Alrededor se distribuyen siete lienzos, en los que se ve representados, de izquierda a derecha, a San José, San Juan Evangelista, Santo Domingo de Guzmán, Santa Catalina, San Pedro y Santa Teresa de Jesús.Ubicada en la nave derecha, posee un retablo que también pertenece al barroco.Está perfectamente documentado; fue construido en 1843 por Julián Azura García, maestro organero presente en las provincias de Segovia y Burgos.[5] En origen estuvo ubicado sobre el coro, en una plataforma volada que fue eliminada en la última restauración del edificio para dejar visible un arco mudéjar.Tras la restauración de la pieza musical, fue situado junto al coro, por ser imposible volver a colocarlo en su lugar originario.[3] Sobre ella se localiza una imagen de San José y dos tallas del Niño Jesús.Cuenta la leyenda[10] que una vez en Cuéllar fue llevada ante los duques de Alburquerque, quienes tras sortearla la depositaron en San Basilio.También portaba dos coronas de plata, una para el Niño y otra para la Virgen, a la que se vestía con un manto y portaba en su mano un cetro, tal y como nos recuerda el documento de traslado desde San Basilio a San Miguel: Tanto las coronas, como la peana fueron robadas a finales del siglo XIX.
Puerta de San Andrés.
Frescos mudéjares del interior.
Nave central y retablo del altar mayor de la iglesia.