Se encuentra en la plaza del mismo nombre n.º 1, en pleno centro de la localidad.
El proyecto era muy original y lleno de dificultades, siendo iniciadas las obras por el párroco Francisco Cruz Garví a mediados de los años 60, y terminadas en 1991 por Antonio Pérez Rivero, el cual llegó a empeñar incluso su propio patrimonio para ver finalizado el templo.
El edificio se asienta sobre una base en forma de abanico que parte del altar, situado al oeste, en frente del cual se sitúan tres entradas que dan acceso al templo.
El proyecto original contemplaba una gran capilla dedicada al Santísimo en el lugar en el que finalmente se ubicó la sacristía.
Todo ello acredita el afán y grandes esfuerzos por dotar al templo de bellos elementos ornamentales desde la entrega y desinterés de los propios vecinos.