Su única nave, con techo de tejado a dos aguas, tenía por fachada una puerta adintelada.
Es un templo de tres naves separadas por columnas que posee dos torres cuadrangulares en la fachada principal.
También a la escuela de este escultor pertenece el Cristo crucificado del Altar Mayor.
En los laterales del interior se distribuyen cinco retablos neogóticos en madera policromada y hornacinas con distintas imágenes, destacando las de Nuestra Señora de Candelaria, puesta al culto en 1797 y San Blas, obra del imaginero canario Luján Pérez.
Un Cuadro de Ánimas y distintas estaciones del "Vía Crucis" realizados por el sacerdote local Pedro López Cabeza completan el conjunto.