En la nave, las bóvedas y los arcos descansan en pilares exentos de cuerpo prismático.
Exteriormente el edificio fue dotado de un pórtico neoclásico construido entre 1719, cuando comenzaron la obra los canteros Juan y Andrés de Urrestarazu, y 1808, cuando se terminó la misma siguiendo una traza diseñada por José Armendáriz.
Del mobiliario interno hay que destacar el Retablo Mayor, obra clasicista de principios del siglo XVII cuyo estilo puede calificarse de transición desde el tardorromanismo renacentista al primer barroco.
En el primer cuerpo los nichos alternan en sus entablamientos frontones triangulares y semicirculares.
En el presbiterio se halla una cruz de plata punzonada por el platero Sasa.