En ella se encontraba la imagen de San Bartolomé hecha por José Luján Pérez, gran imaginero canario.
El exterior es un espejo de la división interior, pareciendo que son dos pequeñas iglesias adosadas las unas a las otras.
Por otro lado, en él se llevó a cabo en 1766 la comunión del insigne imaginero José Luján Pérez, el cual realizó una de sus primeras obras de su infancia imitando al santo que presidía la ermita.
El edificio, a su vez, fue tanto víctima como beneficiado de las desamortizaciones liberales del XIX, pues con ellas no solo perdió sus rentas privadas, sino que ganó feligreses que acudieron a la compra de cercados en los montes.
[1] Todo esto, siendo considerada ermita hasta 1915, cuando se le denomina por primera vez como: «Parroquia».