La enseñanza del idioma español es voluntaria en Japón; sin embargo, existe un gran interés por aprenderlo debido a que se le ve como uno de los idiomas más fáciles de aprender para ellos, sobre todo por el parecido en la fonética entre el español y el japonés.En 1630, en Manila, se publicó un monumental Vocabvlario de lapon declarado primero en portvgves con treinta mil palabras que explica hasta los términos budistas y los tecnicismos de la literatura japonesa.Algunas palabras del español pasaron, sin embargo, al idioma japonés, muy parecido fonéticamente: pan y jabón, por ejemplo.Otro diccionario importante fue el del dominico Diego Collado, que pasó tres años en Japón y en 1632 publicó en Roma su Dictionarium sive Thesauri Iaponicae Compendivm; también escribió una Ars Grammaticae Iaponicae Linguae (1632).Allí Gonzalo Jiménez de la Espada formó a los primeros hispanistas japoneses, Hirosada Nagata, primer traductor del Quijote a la lengua japonesa y considerado como patriarca del hispanismo en Japón, y Shizuo Kasai.