Iconoclasia bizantina

La Real Academia la define como la «doctrina de los iconoclastas»[1]​ y a su vez señala que «iconoclasta» proviene de εικονοκλάστης, rompedor de imágenes, y se define como tal en particular al «movimiento del siglo VIII que negaba el culto debido a las sagradas imágenes, las destruía y perseguía a quienes las veneraban».El término opuesto a «iconoclasta» es «iconódulo», que proviene de las palabras «icono» (imagen) y «dulía» (veneración).La herejía opuesta a ambas doctrinas, la iconoclasia y la iconodulía, es la idolatría, en la que las imágenes o figuras se adoran en sí mismas, en lugar de limitarse a reverenciarlas como representación de lo que se adora.Como con otros temas doctrinales en el periodo bizantino, la controversia no quedó en modo alguno restringida al ámbito eclesiástico, o a argumentos teológicos.Se han indicado como factores importantes, tanto al comienzo como al final del apoyo imperial a la iconoclasia, su fuerza en el ejército al principio de este período, y la creciente influencia de fuerzas balcánicas en el ejército (a los que se consideraba en general que les faltaban fuertes sentimientos iconoclastas) a lo largo del periodo.No hubo inicialmente concilio eclesiástico, y ningún patriarca u obispo destacado pidió que se quitaran o destruyeran los iconos.En el proceso de destruir u obscurecer las imágenes, León confiscó «valiosa platería eclesiástica, telas de altar, y relicarios decorados con figuras religiosas»,[8]​ pero no emprendió ninguna acción severa contra el anterior patriarca u obispos iconódulos.Sin embargo, el concilio iconoclasta de Hieria no puso fin al tema.En este periodo aparecieron complejos argumentos teológicos, tanto a favor como en contra del uso de imágenes.En una respuesta que recuerda a la posterior reforma protestante, Constantino se movió en contra de los monasterios, hizo que las reliquias se lanzaran al mar, y detuvo la invocación de los santos.[3]​ El hijo de Constantino, León IV (775-80) fue menos riguroso, y durante un tiempo intentó mediar entre las facciones.Hacia el final de su vida, sin embargo, León emprendió severas medidas contra las imágenes y habría excluido a su esposa Irene, quien tenía fama de venerar imágenes en secreto.Irene puso en marcha un nuevo concilio ecuménico, llamado después el II Concilio de Nicea, que se reunió por vez primera en Constantinopla en 786 pero fue interrumpido por unidades militares leales al legado iconoclasta.[13]​ Se produjo un primer debate entre quienes apoyaban a León y los clérigos que seguían defendiendo la veneración de imágenes, guiado este último grupo por el patriarca Nicéforo, que no llegó a ninguna resolución.[14]​ El renacimiento de la iconoclasia se oficializó en 815 por un sínodo celebrado en Santa Sofía.Lo que queda de los argumentos iconoclastas se encuentra en gran medida en escritos iconódulos.Si cualquiera se atreve a representar la imagen divina (χαρακτήρ, charaktēr) del mundo después de la Encarnación con colores materiales, ¡será anatema!...Si cualquiera pretende representar las formas de los Santos en pinturas sin vida con colores materiales que no son valiosas (pues esta idea es vana y la ha creado el demonio), y no representa más bien sus virtudes como imágenes vivas en sí mismas, ¡será anatema!
Una simple cruz: ejemplo de arte iconoclasta en la iglesia de Santa Irene de Constantinopla .
Esta página del iconódulo Salterio Chludov (uno de los tres únicos manuscritos ilustrados iconódulos que sobrevivieron al siglo IX), ilustra el versículo «Había un vaso lleno de vinagre; y, poniéndolo en un ramo de hisopo una esponja empapada en el vinagre, se la acercaron a la boca» [ 15 ] ​ con una imagen de un soldado ofreciendo a Cristo vinagre sobre una esponja unida a un palo. Debajo hay una imagen del último patriarca de Constantinopla iconoclasta, Juan el gramático frotando una pintura de Cristo con una esponja similar unida a un palo. Juan está caricaturizado, aquí como en otras páginas, con un cabello desordenado que se dispara en todas direcciones, algo considerado ridículo por los elegantes bizantinos .
Iconoclastas en una iglesia . Pintura al óleo de Dirck van Delen , 1630. Riksmuseum Ámsterdam.
Retablo escultórico de la Catedral de San Martín en Utrecht , Países Bajos , atacado durante la Beeldenstorm .
Iconoclasia en Zúrich , Suiza , en 1524.
Grabado de Erhard Schön que muestra un episodio de iconoclasia en Alemania, c. 1530.