Los yacimientos burgaleses son más modernos, situándose en el grupo Urbión, Berriasiense-Barrumiense (entre 128 y 114 millones de años), en un ambiente similar a una llanura pantanosa surcada por canales, charcas y lagos.
Las condiciones climáticas favorecían, además, la existencia de dinosaurios en estos ambientes ya que existía un clima tropical o subtropical con abundante vegetación de herbáceas.
Hasta la actualidad se han inventariado 48 yacimientos o afloramientos que corresponden al grupo Oncala y al de Urbión.
Geográficamente, podemos confirmar que el grupo de huellas soriano se localiza en las cuencas de los ríos Cidacos, Mayor y Alhama, por tanto forma parte del Valle del Ebro, mientras que los burgaleses se ubican en la cuenca del río Arlanza, en la Cuenca del Duero, fundamentalmente ceñidos a la cabecera de pequeños arroyos de montaña.
Las huellas de los dinosaurios terópodos se distinguen por tener dedos largos y delgados que rematan en poderosas garras, mientras que las de los ornitópodos presentan dedos anchos y cortos de perfil redondeado.