Ichiro Hatta

También recibió la Orden Olímpica del Comité Olímpico Internacional por sus contribuciones al judo y la lucha libre.

El éxito de los judocas fue escaso, logrando sólo dos victories y tres empates en una serie de cinco enfrentamientos, a pesar del comparativamente bajo nivel de los americanos.

Por ello, impresionado, Hatta empezó a entrenar en lucha libre, y pronto hizo su transición a esta disciplina, fundando un club de lucha en Waseda en 1931.

Ichiro pasó a ser el entrenador oficial del equipo nacional de Japón para los Juegos de 1936, y se hizo conocido por sus sumamente heterodoxos métodos de endurecer a sus luchadores, que incluían hacerles nadar en el mar en pleno invierno, enlistar cada una de sus digestiones y procesos corporales, e ir a zoológicos a tratar de hacer huir leones con la mirada.

[1]​ La comunidad de judocas -aunque no Jigoro Kano mismo- vio a Hatta con malos ojos tanto por su dedicación a otra disciplina como por sus formas de entrenar, pero Hatta respondió acusándoles de vivir aislados de los demás deportes de combate del mundo, y achacando a esto las derrotas que la escuela Kodokan había sufrido ante Ad Santel.