El palo es transportado por una tradicional carreta de madera jalada por bueyes hasta San Ignacio.
Participan Sargentos Judíos en el ofertorio además de los Macheteros en el evangelio, quienes realizan una retreta.
A las 7 am hay rezos y cantos por parte del Coro Musical para que luego las Mamitas Abadesas adornen las imágenes.
Al medio día entra el Tintiririnti[6] acompañado por Achus, a su paso suena la camerata.
Los conjuntos se preparan para el paseo de la Santa Bandera que sale con la imagen del Santo Santiago, donde participan las esposas del Cabildo, Mamitas Abadesas, El Coro Musical, Consejo de Patrimonio, Autoridades indígenas y políticas, estudiantes y el pueblo general entran con danzas típicas.
El ensamble que toca música barroca, los macheteros y achus bailan toda la mañana.
Hasta la actualidad mantienen esas labores por eso su presencia es importante para la continuidad de las tradiciones.
En 1540 creó la Compañía de Jesús que en 1576 llegó a América para fundar las misiones jesuíticas.
San Ignacio murió en el trayecto y Santiago llevó los artefactos recuperados al territorio actual.
[9] En Mojos desde jóvenes se inician en la música, en épocas precoloniales ya contaban con instrumentos y canto.
[7] Este templo de las Misiones jesuíticas de Moxos es fundamental para la festividad del Ichapekene Piesta, ya que las actividades se constituyen en torno a este monumento histórico y colonial que fue restaurado durante 20 años.
[10] Las "mamitas abadesas" tienen una estrecha relación con este lugar ya que en momentos específicos ellas se dedican a decorar y limpiarla.
En los días de fiesta se escucha a los miembros del Cabildo exclamar "¡Nació… Nació!"
Incluye los cánticos con rezos que usaban los doctrineros, quienes se encargan de mantener la fe viva.
Representa a un antepasado en forma de un dios totémico que llega para compartir alegría y conocimientos con sus nietos.
[7] La mascarita, sol y luna, ovejitos, tigres, caballos, pescaditos, japutunqui, perro, kabitukusiri, chunchos, pigmeos,[5] búhos, aves zancudas, tucanes, bárbaros, el sargento judío, carayanas, cambas,[6] angelitos, toritos, ciervos, chiñisiris, moperitas, mamas, Juan y Juana Tacora que se bailan al ritmo de taquirari.
Se trata de un reto individual cuya enseñanza recae en la colaboración para lograr un objetivo ya que es muy difícil subir.
[5] Durante las festividades es servida una bebida no alcohólica denomina como "chicha de camote".
[13][14][15][16][17] Sergio Cáceres fue el representante boliviano quien recibió la noticia, mientras que el ministro de cultura en ese momento era Pablo Groux.
Cada cinco años se hace una evaluación para ver si sigue manteniendo su autenticidad por la que fue declarada como patrimonio.