Después de realizar un pequeño giro en el golfo, la depresión alcanzó fuerza de tormenta tropical y se la denominó Gabrielle.
Dieciocho horas después, Gabrielle salió a la costa, todavía como tormenta tropical.
Continuó hacia el noreste y se convirtió en un huracán de poca intensidad.
Gabrielle produjo lluvias torrenciales a lo largo de Florida, acumulando hasta 13 pulgadas en Pierson.
La tormenta causó una muerte directa por ahogo, y una indirecta en Florida, y un daño total estimado en 230 millones de dólares.