Posteriormente Wendell Bennett continuó los estudios, descubriendo un cementerio, que dató en el período Tiahuanaco-Huari (1944).
En las décadas siguientes no prosperó la investigación al estar cubiertos de escombros los principales recintos del yacimiento.
Posiblemente su origen se remonta a unos siglos antes de Cristo, en los comienzos del Intermedio Temprano.
El techo está formado por grandes losas inclinadas hacia una doble vertiente.
Importantes templos y centros de poder huari fueron entonces abandonados, entre los que estaban Huilcahuaín.
Excavaciones realizadas entre los años 2005 y 2007, financiadas por la minera Barrick Misquichilca, han permitido fechar el conjunto hacia el año 700 de nuestra era, fecha que coincide con la irrupción de los Huaris.