Hugo Mujica

Al poco tiempo de llegar a los Estados Unidos se estableció en Greenwich Village, Nueva York, donde vivió durante la famosa década de los años 60, pasó por todos los trabajos típicos del emigrante recién desembarcado y pronto se vinculó con los jóvenes artistas plásticos norteamericanos.Comienza una nueva búsqueda: los Hare Krishna, vecinos del Lower East Side, fue su primera atracción hacia una posibilidad espiritual.Avenida, el Prabhupada Swami Bhaktivedanta comenzaba a difundir esa corriente del hinduismo.Después de unos pocos años de atender una parroquia en Buenos Aires deja esa ocupación y se dedica por entero a la escritura así como a dictar seminarios en el extranjero, y participar en numerosos festivales poéticos del mundo.El gran escritor argentino Ernesto Sabato, en su libro "Cuentos que me apasionaron", ha dedicado las siguientes líneas a Hugo Mujica.Eran los años sesenta en New York; como para tantos de nosotros, el existencialismo francés lo había deslumbrado.Poco después entró en el Monasterio Trapense, donde fue monje con voto de silencio durante siete años; hoy es sacerdote.Sabato, Ernesto, "Cuentos que me apasionaron", 1º edición, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, pag 239.