También se usó para hacer girar armazones metálicos a grandes distancias y velocidades, en la primera demostración de transmisión inalámbrica de energía.
El huevo giraba sobre su eje principal, equilibrado sobre su extremo debido a la acción giroscópica de su rotación.
El dispositivo de Tesla usaba un núcleo toroidal de hierro como estátor, en el que se habían insertado cuatro bobinas.
El dispositivo era alimentado por una fuente bifásica de corriente alterna (un alternador de velocidad variable) para crear el campo magnético giratorio.
La frecuencia operativa ideal se describió como entre 35 y 40 hercios.