Huelga minera de Riotinto de 1920

La huelga, que alcanzó una extraordinaria dureza y tuvo un importante eco mediático en el resto del país, finalmente fracasó en sus objetivos.Inicialmente estas acciones no estuvieron coordinadas entre sí y se fueron produciendo de forma intermitente a lo largo del tiempo.Paralelamente, en el resto del país surgió una corriente de simpatía hacia los huelguistas.[5]​ Con una fuerza ya muy debilitada, en enero de 1921 se puso fin al movimiento huelguístico.[11]​ La huelga, que llegó a padecer una grave falta de coordinación entre sus organizadores,[12]​ acabaría siendo ganada por la RTC.La situación laboral en la zona quedó «pacificada» durante al menos una década, hasta los tiempos de la Segunda República.
Aspecto de los trenes mineros en la estación de Huelva durante la huelga.