Hornos de alfarería y cerámica en España

El modelo tradicional es un recinto con techo de bóveda provisto de chimenea y una o más bocas para cargar el combustible, habitualmente leña, y los objetos que se quieran cocer.En la geografía alfarera española existen muy diversos tipos de horno y horneado, desde la simple hoguera u "hornera con hoyo" para la cocción al aire libre (uno de los métodos primitivos ya casi desaparecidos), hasta los hornos alfareros por definición, con dos espacios separados: el hogar o caldera para la combustión y la cámara de cocción donde se hornea la cerámica.Otras nomenclaturas más populares que técnicas citarían los hornos árabes, moros o morunos,[nota 1]​ los hornos de "flamberas o flameras" (con la cúpula horadada por muchas chimeneas), los eléctricos en general, etc.[2]​ La doctora Natacha Seseña sintetizó tres factores esenciales para una buena cocción:[3]​ Asimismo, siguiendo a Köpke,[nota 2]​ se diferencian tres sistemas elementales de cocción: Aunque cada tipo de horno tiene su propia mecánica funcional, a grandes rasgos y escogiendo como ejemplo el horno alfarero propiamente dicho, los pasos básicos de una cochura perfecta serían: Hasta aquí el proceso primitivo o antiguo.No hay tiro ni contacto directo de la llama con el cacharro.Tanto el ceramólogo Emilio Sempere como la doctora Seseña, alumna aventajada de Julio Caro Baroja, han recogido interesante documentación antropológica sobre toda suerte de ritos relacionados con la cochura alfarera.
Cántaros, lebrillos y otras piezas en el exterior de un horno de alfarería de Mota del Cuervo (Cuenca).