Los franceses le reclaman para Francia, más específicamente para Autun, ya que él se califica a sí mismo como Augustudonensis, que puede significar, sin embargo, Augsburgo.
Solamente Munich posee más de cien códices y Graz treinta.
Más aún, Honorio describe a Alemania más plenamente que a cualquier otro país en su Imago mundi y menciona en esa descripción geográfica sólo una ciudad: Ratisbona.
De ahí se puede inferir que Honorio era un platonista, un místico y un realista, al mismo tiempo que un enérgico defensor de los derechos del papado contra el poder secular.
Son, entre otras, las siguientes: Más numerosas son las obras de Honorio sobre teología práctica, homilética, liturgia, disciplina y sobre la posición canónica de la Iglesia contra el imperio mundano.