Homo sovieticus (en ruso simplemente советский человек, transliterado como sovietskiy chelovek, también significando “hombre soviético”) es una frase sarcástica pseudo-latina para referirse de manera crítica a un estereotipo o una categoría de gente promedio de la antigua Unión Soviética (y del bloque del Este en general), que tenía ciertos esquemas mentales socioeconómicos específicos, derivados de la propia cultura política de los gobiernos comunistas del denominado “socialismo real”, establecidos en la antigua URSS y en Europa Oriental durante varias décadas del pasado siglo XX.
El término en cuestión fue acuñado por el reconocido escritor y sociólogo Aleksandr Zinóviev (quien cuando la URSS aún existía fue un conocido antisoviético, pero que tras su disolución cambiaría a posturas defensoras del comunismo) como título de un libro suyo escrito en 1982,[1] el mismo año en el que la relativamente larga era de Leonid Brézhnev llegaba a su fin.
Aquella supuestamente deseable característica ya había sido exaltada y glorificada desde los primeros días del gobierno comunista de la URSS.
Homo sovieticus, era un término que tenía connotaciones negativas, inventado por los oponentes del mismo para describir lo que ellos veían como los verdaderos resultados de las políticas socioeconómicas soviéticas.
[cita requerida] En cierta forma, éste se oponía al supuestamente virtuoso “nuevo hombre soviético” preconizado por la propaganda comunista oficial.