[3] Realizó grabados de paisajes, las Treinta y seis vistas del monte Fuji (富嶽三十六景, Fugaku Sanjūroku-kei)(ca.
Posiblemente, debido a la influencia de la vida familiar, en este periodo sus diseños tienden a centrarse en retratos de actores y mujeres situados en ambientes históricos y en jardines.
Siempre solían ser en ediciones limitadas que ofrecían una impresión perfecta y la más alta calidad.
Su figura y su trabajo cada vez tenían un reconocimiento mayor, aunque perdió en delicadeza y tendió a prestar mayor atención a los temas clásicos tradicionales, especialmente la representación de samuráis, guerreros o temas chinos, y en este periodo empezó a alejarse del mundo de ukiyo-e.
Era un artista enérgico que se levantaba temprano y pintaba hasta la noche.
En conjunto, Hokusai tuvo una gran producción artística integrada por unas treinta mil obras.
En Japón, esta montaña ha estado tradicionalmente vinculada a la vida eterna, y la creencia se remonta al Cuento del cortador de bambú.
2] Por otro lado, según la tradición, es la morada de las diosas sintoistas Fuji-hime y Sakuya-hime.
[21] Algunos de los nombres profesionales utilizados por Hokusai son: Katsukawa Shunrō, Sōri, Kakō, Taito, Gakyōjin, Iitsu y Manji.
[24] Su obra está considerada como una de las más importantes del Japón por lo que a la pintura paisajista se refiere.
Las obras se grababan normalmente sobre planchas de madera de cerezo y el impresor podía hacer copias del original hasta que el relieve grabado en la madera empezaba a desaparecer.
El tema principal eran retratos en un primer plano de geishas, actores del teatro kabuki y samuráis, que aparecían tanto en escenas eróticas como humorísticas.
También aparecían rodeados de paisajes, y en esta especialidad Hokusai demostró toda su maestría.
Es una colección con unos 4000 dibujos muy diversos que incluyen paisajes, flora, fauna, y escenas de la vida cotidiana.
[28] Estos bocetos a menudo se cree, erróneamente, que son el precedente de los modernos manga.
Cabe decir que la forma de trabajar, sobre papel transparente y llevado a cabo en varias fases, sí que tiene una similitud en la manera de elaborar el moderno cómic o manga.
Pintores impresionistas como Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas, Vincent Van Gogh y Claude Monet, recibieron su influencia.
[30] Aunque la existencia del estilo ukiyo-e se remontaba trescientos años atrás, su gran desarrollo se produjo durante los siglos XVIII y XIX ya que en la sociedad japonesa, en aquellos momentos con más recursos económicos, las xilografías eran muy apreciadas.
Más adelante, pero, con el intercambio comercial entre Japón y Occidente, también se produjo un descenso en la producción de estas estampas.
Entre los años 1868 y 1912 llegaron a Japón importaciones de bienes occidentales, entre ellos la fotografía y las nuevas técnicas de impresión, innovaciones que provocaron que el género ukiyo-e llegara prácticamente a desaparecer.
Después de realizar esta obra, en una carta a su hermano Theo, Van Gogh comentó que sus propias obras: «No parecen japonesas, pero son las creaciones más japonesas que nunca he hecho».
[32] Claude Monet estuvo influido, sin duda, por artistas japoneses en general, pero las dos referencias principales fueron Hokusai y Hiroshige.
Monet llegó a instalarse en su casa un jardín con un puente japonés, donde realizó numerosos paisajes influido por la impresión que le produjo la colección que había adquirido de grabados japoneses.