Su gobierno fue políticamente independiente, aunque leal al rey Gustavo V y más bien conservador.
Fue durante ese período que se acuñó el término "hambre de protección", porque su inflexibilidad impedía los esfuerzos para ayudar a los ciudadanos.
Fue visto como amistoso hacia Alemania cuando rechazó un tratado común de comercio con Gran Bretaña, que Marcus Wallenberg (padre), hermano del ministro de Asuntos Exteriores Knut Wallenberg, había traído desde Londres en 1917.
La ruptura entre el primer ministro y su ministro de Asuntos Exteriores se hizo evidente, y los líderes de la derecha en el Parlamento retiraron su apoyo a Hammarskjöld, que se vio obligado a presentar su renuncia.
Fue elegido para integrar la Real Academia Sueca en 1918 en el mismo sillón que había ocupado el primer ministro Louis de Geer, el número 17.