Historias (Tácito)

Fue escrita durante la primera década del siglo II y concluye con el asesinato de Domiciano.

El hombre que desempeñara este cargo no debía ser un tirano como Domiciano o un indolente como Galba, debía ser capaz de mantener firme el Imperio salvaguardando la dignidad y el prestigio del Senado; este es un punto en el que coincide con Séneca el Joven.

Tácito considera el reinado de los cinco buenos emperadores como la única solución a los problemas que atravesaba el Imperio.

En ocasiones se salta partes, o divide la historia en escenas que dan un carácter dramático al relato.

Asimismo, tenía en muy baja estima al orden senatorial, cuyo comportamiento describe con malicia, haciendo hincapié en el contraste entre su imagen pública y la realidad; les consideraba una sociedad de aduladores ambiciosos y conspiradores.

Tácito describe hábilmente a los personajes, alternando breves referencias con detalladas descripciones.