En las siguientes décadas la iglesia se expandió desde su base en Nueva Inglaterra hasta convertirse en una organización internacional.
Algunos de los cuales tendrían creencias que más tarde fueron adoptadas por los adventistas del séptimo día.
Un profundo interés en profecía surgió en alguno grupos protestantes tras el arresto del Papa Pío VI in 1798 por el General Francés Louis Alexandre Berthier.
[4][5][6] El movimiento millerita recibe su nombre de William Miller, quien, durante su adultez temprana, llegó a ser un Deísta.
Luego de pelear la guerra de 1812 (entre Estados Unidos y Gran Bretaña), Miller compró una granja en Low Hampton, Nueva York, y comenzó a frecuentar una Iglesia Bautista cercana para complacer a su abuela.
A la mañana siguiente del 23 de octubre, Edson, quien vivía en Port Gibson, Nueva York pasaba por un maizal con un amigo.
Edson compartió su experiencia con muchos de los adventistas locales a quienes persuadió con entusiasmo.
Crosier and Franklin B. Hahn, quienes publicaron los resultados de su estudio en un folleto titulado Day-Dawn (Amanecer).
El primer defensor en guardar el sábado como día de reposo entre los primeros Adventistas fue el capitán Joseph Bates.
[16] El folleto The Present Truth en sus comienzos cubría ampliamente el tema del sábado bíblico.
Sin embargo, un estudio, ve al adventismo temprano como también a Ellen White abrazando una teología materialista en vez de arrianista.
[19] Comenzando con Guillermo Miller, los adventistas han jugado un rol importante en la introducción de la creencia del premilenialismo en los Estados Unidos en el siglo xix.
En el Apéndice de su libro "Kingdom of the Cults", Walter Martin explica porque se ve a los Adventistas del Séptimo Día como cristianos ortodoxos.
En contraste a los otros grupos premileniales, los adventistas no creen que el reino de los santos de mil años será en la tierra, sino más bien en el cielo y que en este tiempo quienes estuvieren en el cielo, participaran del juicio a los "impíos".
Durante este periodo los adventistas sostienen que "la tierra estará completamente desolada, sin habitantes humanos, pero sí ocupada por Satanás y sus ángeles.
[3] En 1860, el movimiento inexperto finalmente eligió un nombre, «Adventista del Séptimo Día», el cual representaba las creencias distintivas de la iglesia.
Ella, junto a su esposo James White, y al pionero Joseph Bates, dirigieron la denominación hacia un enfoque en el trabajo misionero y médico, el cual sigue siendo de gran importancia para la iglesia en el siglo xix.
En este tiempo, la iglesia operaba dos colegios, una escuela médica, una docena de academias, 27 hospitales y trece casas publicadoras.