Historia de Taiwán hasta 1949

Este último acabaría cediendo la isla a Japón en 1895, tras la derrota en la primera guerra sino-japonesa.

Algunos arqueólogos han expresado la convicción de que las culturas paleolíticas y neolíticas de Taiwán muestran una enorme similitud con las culturas costáneas en la China continental, aunque es posible que estas conclusiones estén influidas por posturas ideológicas nacionalistas.

Hasta el siglo XVI, la población malayo-polinesia de Taiwán vivió como una sociedades agrícolas poco desarrolladas.

Estos dieron a la isla el nombre con el que se la conocería hasta épocas recientes en Occidente: Formosa ("hermosa").

Varios jesuitas portugueses y españoles formaban parte de la tripulación, que se refugió en la isla.

Desde su base en Batavia, los neerlandeses consiguieron establecer relaciones comerciales con el shogunato japonés, que les permitió el acceso al puerto de Nagasaki en 1609.

La Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales quiso también establecer contactos comerciales con China, que, bajo la dinastía Ming, se había aislado voluntariamente del comercio internacional.

Los neerlandeses consiguieron aplacar la rebelión en una dura represión que se cobró probablemente miles de vidas.

El creciente descontento de la población china con los gobernantes neerlandeses sería aprovechado por Zheng Chenggong (Koxinga), líder militar leal a la dinastía Ming que luchó contra las tropas invasoras manchúes de la nueva dinastía Qing.

Aunque los Zheng mantenían su lealtad nominal a la derrocada dinastía Ming, Taiwán se convirtió, en la práctica, en un reino independiente que estableció un sistema de administración civil sobre la isla, así como relaciones diplomáticas con Japón y las potencias europeas.

El periodo durante el cual Taiwán estuvo controlado por los Zheng se caracterizó por la continuidad de las políticas mercantilistas desarrolladas por los neerlandeses.

La guerra en el continente supuso un lastre enorme para los recursos del estado, tanto económicos como militares.

Aunque los Qing no habían mostrado inicialmente ningún interés en asumir el control sobre Taiwán, la presencia en la isla de un estado hostil llevó a la corte manchú a plantearse la conquista de la isla.

Incapaces de oponer resistencia a la invasión, Zheng Keshuang se rindió y el Imperio Qing ocupó finalmente la isla.

Por primera vez en su historia, Taiwán se convertía en parte integrante del Imperio chino.

Sin embargo, el propio Shi Lang, gran conocedor de Taiwán, convenció al Emperador Kangxi para que el Imperio Qing anexionara la isla.

Ese año se dividió en dos prefecturas, que abarcaban un total de doce distritos.

Los enfrentamientos comerciales y bélicos con las potencias europeas en las guerras del opio llevaron a la apertura de varios puertos taiwaneses al comercio internacional.

Liu huyó a Xiamen y los japoneses se hacían así con el control completo sobre la isla, convertida en parte integral del territorio nacional de Japón.

Aunque Japón envió a la isla intérpretes de chino mandarín, la mayor parte de la población china hablaba los dialectos min del sur y hakka y no entendía el mandarín, ni mucho menos el japonés.

Hasta 1919, Taiwán pertenecía a Japón como una gobernación especial, en la que se aplicaba un sistema legal diferente del japonés.

En este sentido, Japón reconoció en esta primera época las particularidades culturales de Taiwán, considerado como un territorio diferenciado del archipiélago japonés.

El intento de inculcar en la población local un sentimiento nacional japonés era una necesidad más impuesta por la ambiciosa guerra expansionista en Asia, para la cual Japón hubo de reclutar numerosos soldados en todo su territorio, incluido Taiwán.

Las tropas chinas llegaron en barcos estadounidenses y contaron con el apoyo logístico del gobierno de Estados Unidos para ocupar la isla.

Las crecientes protestas contra las autoridades chinas en la isla, encabezadas por Chen Yi, alcanzaron un momento trágico en el llamado Incidente del 28 de febrero.

A estos problemas sociales hay que añadir las dificultades económicas, como la ya mencionada hiperinflación, que se vieron exacerbadas por la reanudación en el continente de la guerra civil entre el gobierno del Kuomintang y el Partido Comunista de China dirigido por Mao Zedong.

Curiosamente, la manera en que Taiwán fue entregado al gobierno del Kuomintang con el apoyo de EE. UU.

Esto ha generado una compleja situación política y diplomática, que se ha prolongado hasta la actualidad.

Mapa neerlandés de Formosa y las Pescadores del cartógrafo Johannes Vingboons conservado en el Nationaal Archief ( La Haya ).
Mapa de la isla Formosa en 1896.
Sede del Banco de Taiwán, el banco central establecido por las autoridades japonesas en 1897.
Billete de un millón de yuanes de 1949. La incapacidad para atajar la hiperinflación fue una de las causas del desprestigio del gobierno de la República de China.