Con 10 o 12 años comenzó a tocar la guitarra clásica como alumno de su hermana, que le enseñó los acordes básicos y ejercicios simples.
Conciertos, ensayos, la grabación de una maqueta (La última daga, de 1986, que incluía "No más lágrimas", "El mar no cesa" y "Héroe de Leyenda") e incluso el primer premio en un concurso para grupos no profesionales fue lo que vivieron en sus primeros tiempos juntos hasta que Gustavo Montesano (exintegrante del grupo Olé Olé) los vio en directo en la Sala «En Bruto» (Zaragoza) en enero de 1987 y, viendo su potencial, les puso en contacto con la importante discográfica EMI, la cual les propuso grabar un EP con cuatro temas.
Durante esa primera etapa la banda estaba muy influenciada por el Post-Punk británico (Echo and the Bunnymen, Bauhaus...).
La crítica los empezó a llamar los The Mission españoles, al tener muchos puntos en común como el tipo de arpegios, las letras crípticas, la sonoridad en general, la estética y la simbología.
[6] A la revista Efe Eme declaró: En dos semanas, este álbum se colocó en el número uno de ventas en España con unas 400 mil copias.
Tras la correspondiente gira por España, que incluyó 140 conciertos, en septiembre de 1991 un promotor alemán fue persuadido a escuchar la música del grupo.
En esta gira sudamericana conocieron a un guitarrista del cual Pedro se hizo buen amigo: Alan Boguslavsky (México).
Este cambio puede apreciarse en canciones como "El camino del exceso" o "Los placeres de la pobreza".
El álbum, que volvió a ser número uno en España, doce en Portugal, ocho en Suiza y treinta en Alemania, los embarcó en una gira a auténtico nivel mundial, en la que visitaron más de treinta países.
incluyendo en su calendario un público que hasta ahora no habían visitado: América del Norte.
A la postre resultaría ser el último disco del grupo, ya que la formación se disolvió tras este trabajo.
En 1998 sacaron a la venta Rarezas, disco que contenía algunos temas inéditos, versiones en vivo y de estudio que nunca salieron a la luz o fueron ediciones limitadas y de difícil acceso.
Para los conciertos de Sevilla, Zaragoza y México las entradas se vendieron en tiempo récord.
[9] Tras finalizar la gira, Bunbury confirmó el final definitivo de la banda y declaró que continuaría su carrera en solitario.