Sin embargo, la ciudad tuvo cuatro asentamientos antes de establecerse su estancia en dicha capital, en un principio estuvo en Nochistlán en el paraje conocido como El Zapote, hoy llamado San Juan.
Este deseaba contar con una ciudad que le sirviera para asegurar sus conquistas.
Ese mismo mes se pregonaron ambas cédulas en la plaza mayor de la novel y definitiva Guadalajara.
Para ese entonces Guadalajara reinaba la calma aparente (ya que el conflicto se concentraba en la capital).
Durante un largo periodo la ciudad floreció y que comenzó a crecer desde la colonia, nacían así los nuevos conceptos arquitectónicos que decorarían la ciudad con estilos desde los años 1920 hasta los años de 1980.
Este suceso, aunado a la crisis económica mencionada, dio como resultado la pérdida del poder industrial de Guadalajara;[2] la investigación de los hechos duró más de 11 años en los que no se encontraron pruebas suficientes para nombrar un responsable,[2] las investigaciones ahora están cerradas atribuyendo los acontecimientos a un accidente.
Sin embargo, duró poco la Villa en este sitio luego de sufrir ataques.
Pero los españoles ya se negaban entrar más a territorios caxcanes, quienes estaban comandados por Tenamaxtli.
En muchos aspectos, el área parecía desventajosa, pero lo plano y extenso de la llanura ofrecía mejores condiciones para evitar futuros ataques.
La actual Guadalajara se formó del crecimiento y unión de tres núcleos primitivos de población: Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo, que en 1667 se anexaron a la ciudad, fenómeno importante para la posterior consolidación del municipio.
Este nuevo sistema político-administrativo perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX.
Pedro Ogazón, gobernador de Jalisco, encabeza desde Guadalajara una idea rebelde ante este suceso hasta su final.
Después del régimen, la revolución estalló, la aparente calma reinó en la ciudad, ya que todo el conflicto se dirigió hacia la capital.
Durante cada periodo gubernamental, la ciudad pasó por planes estructurales con los que nacieron nuevas zonas y núcleos comerciales y con los que empresas transnacionales e industrias internacionales llegaron a la ciudad.
La ciudad comenzó a expandirse hasta encontrar la unión territorial con el municipio de Zapopan.
Entre los desarrollos creados durante este periodo se cuentan la Expo Guadalajara, el tren ligero, la expansión de calles y avenidas.
Vienen después tres años de asesinatos, golpizas y encarcelamientos entre ambos grupos.
Ese años de 1973 surgen en Guadalajara tres grupos guerrilleros: La Liga de la justicia, las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, y la Unión del Pueblo, comandada esta última por Héctor Eladio Hernández Castillo.
La lucha entre los grupos armados se extendería hasta el año de 1978.
Hoy en día esta ciudad es una de las más importantes en el país y en Latinoamérica, ya que cuenta con la presencia de grandes empresas y grandes bases comerciales.
Cabe destacar la importancia cultural y económica que ejerce en México.
Por ello, es un paraíso de las compras para los habitantes de la región occidente del país; la ciudad es líder a nivel nacional en crecimiento e inversión en centros comerciales, gracias a la cultura que se tiene en ellos, además de su gran auge e influencia que ha tenido en la población tapatía.
Su riqueza cultural la ha llevado a ser un importante punto de mira en el sector turístico; la ciudad genera varios de los principales eventos culturales del país, y es una escala usual para el turista que visita México.