El término municipal de Castellón parece reunir las condiciones idóneas para ser habitado desde tiempos remotos.
[6] Al oeste del actual casco urbano se encontraba el yacimiento, ahora completamente arrasado, de la Ruïsseta correspondiente a un poblado.
[7] La costa, formada por una albufera e importantes humedales, presentaba numerosos puntos un poco más elevados sobre el terreno, a veces simples acumulaciones de piedras, llamados pujols, aunque también podrían considerarse tells, su desmonte durante los siglos XIX y XX para desecar la marjal trajeron numerosos descubrimientos arqueológicos.
En cuanto a las vías de comunicación, se creen de origen romano, aunque podrían tener antecedentes en épocas pretéritas, al menos tres caminos, dos paralelos a la costa y uno perpendicular que los uniría.
[19] Está muy claro su trazado desde que entra en el término municipal de Castellón proveniente de Borriol hasta que cruza el río Seco, pero a partir del curso fluvial existen diferentes hipótesis sobre su trazado.
[20] Este trazado está asegurado dado el encuentro de un miliario en la partida del Bovalar.
[34] El registro arqueológico indica que la mayoría de asentamientos fueron abandonados durante la crisis del siglo III.
[38] En época tardoantigua y visigótica Saguntum sufrió una cierta decadencia que le impidió desarrollarse como sede episcopal al ser fagocitada por el crecimiento de Valentia, por lo que, ya con total seguridad, su territorium hasta Almenara acabó en manos de la lejana Dertosa.
Tras el fallecimiento del Campeador en 1099 los castellanos abandonaron Valencia y los aragoneses se quedaron solos en las tierras de la Plana hasta que en torno al año 1103 se replegaron pacíficamente a su reino volviendo a dejar la zona bajo control musulmán.
Hadral era un enclave fortificado cercano, si no ocupando el actual ermitorio de San Jaime,[45] en plena huerta regada por la acequia de Almalafa que tomaba sus aguas directamente del Mijares, junto al Caminás y la Marjalería, donde se cree que existió ya una villa romana.
[47] Probablemente la fundación de esta nueva población cristiana en el llano jamás se realizó.
[58] El lugar elegido para asentar la villa fue la alquería de Benirabe, tal y como confirma un documento fechado en 1318.
Por el centro, o muy cerca de esta alquería transcurriría un camino que dio origen a la actual calle Mayor.
Benirabe sería fortificada por los pobladores cristianos como protección ante las revueltas mudéjares que todavía no estaban sofocadas en 1248 respetando las trazas urbanísticas claramente árabes, junto a ella en 1250 se conformó un arrabal extramuros.
[63] La naturaleza y objetivo de este documento es ampliamente discutido por expertos e historiadores locales.
La historiografía tradicional, con Vicente Traver Tomás a la cabeza, considera que esta fue la autorización para incorporar los arrabales que junto al recinto fundacional ya amurallado de la villa daría lugar a la actual extensión del núcleo histórico de Castellón.
Lo cierto es que las primeras noticias sobre una pequeña construcción religiosa en el lugar de la Troballa aparecen en 1370, en 1378 se concede permiso para celebrar misas allí y un año después se acuerda ampliar la ermita para da cabida a los cientos de peregrinos que visitan a la virgen.
La mañana del 5 de mayo Juan se dispuso a acudir a Castellón pero no pudo entrar porque las puertas de las murallas estaban cerradas, con algunas puertas tapiadas y los puentes sobre el foso destruidos o levantados.
Unos días más tarde los Jurados debieron aceptar la donación y enviaron cartas al rey disculpándose por lo sucedido reclamando el perdón real.
La situación general del Reino en ese momento acabó desatando una guerra civil que se cebaría especialmente con la comarca.
[92] No existen datos demográficos de Castellón hasta 1350 cuando se contabilizaron 1100 fochs, lo que equivaldría a unos 3850 habitantes.
Se puede entender como un notable éxito que en a penas 100 años de existencia la villa alcanzara dichos datos poblacionales.
El incremento de invasiones berberescas, se edifican torres por toda la costa, e incluso, Felipe II, llegó a plantearse convertir a la ciudad en una plaza fuerte, que proyectó su ingeniero Antonelli en 1562, pero con la victoria en la Batalla de Lepanto, las incursiones piratas decrecen y se desecha esta idea.
En esta época, también se concluyó la construcción del azud compartido entre Castellón y Almazora en el río Mijares.
Durante la guerra de la Independencia, Castellón fue sitiada en 1811 por tropas francesas, comandadas por el mariscal Suchet, que no abandonaron la villa hasta 1814.
Durante la ocupación francesa, Castellón fue incorporada a la Prefectura de Guadalaviar Bajo, cuya capital era Valencia.
Los sucesivos asedios ocurridos durante las diferentes Guerras Carlistas, no permitieron derribar la muralla hasta 1882.
En 1891, comienzan las obras del nuevo puerto en el Grao, propiciadas por la creciente exportación de cítricos, cerámica y algarrobos.
Con la consiguiente expansión urbana, que en 1925 ya llegaba al límite de las vías del ferrocarril.
En 1960, se creó la diócesis de Segorbe-Castellón, convirtiéndose por primera vez en la historia en sede diocesana y su Iglesia Mayor en Concatedral.