Hiponacte

Hiponacte no se preocupa porque en sus versos exista el instante y nada más.

Da la impresión de ser un extravagante pordiosero empecinado en el odio y la diatriba contra sus enemigos, pero es un poeta verdaderamente realista que se sostiene en la desgracia de su vida miserable con el humor.

"), ladronzuelo, borracho y muerto de frío ("nunca me diste un manto grueso, remedio en el invierno contra los escalofríos", "Hermes, no hago más que tiritar de frío y rechinar los dientes") que pide capa para taparse; también como entre los goliardos, abundan las descripciones obscenas.

En cuanto a su estilo, Hiponacte varió la forma habitual del yambo acuñando algunas innovaciones métricas, y creó el coliambo[5]​ — algunos autores, en cambio, atribuyeron su invención a Ananio, contemporáneo de Hiponacte —, que consiste en un yambo "cojo" (es decir, se sustituye la penúltima sílaba breve y ágil del yambo por otra larga, lo que da la sensación de "cojera" en la escansión o cómputo métrico).

Estos rasgos fueron imitados por poetas helenísticos como Calímaco y Herodas, quienes escribieron muchos versos en el metro "cojo" coliambo de Hiponacte.