El municipio comprende la localidad del mismo nombre —también conocida como Villa San Miguel— y un área rural.
De su matrimonio con Vicenta Warlet nacieron Julián y Francisca, quien se casa luego con Juan Líbaros.
De este modo Julián Herrera fundó la estancia Santa Vicenta y su hermana fundó la de Santa Celmira, pero se la vendería años más tarde a su hermano Julián.
Dada la situación, los terrenos se malvendieron a un precio muy bajo hasta 1930, que fue el último remate.
Por esta razón el pueblo se consolidó y ordenó como tal, aunque su nombre no sea tan conocido como la estación Herrera.