Reinecke fue juzgado, condenado y sentenciado a cadena perpetua en el Juicio del Alto Mando.
Se unió al Ejército Imperial Alemán como cadete en marzo de 1905.
Tras la llegada de los nazis al poder, en 1935, sirvió en la recién creada Wehrmacht, brindando capacitación política en nombre del liderazgo nazi.
Ese mismo año, Reinecke fue ascendido a General de Infantería.
En el caso particular de Hermann Reinecke, Peck recomendó que su sentencia fuera reducida.