Durante una prolongada estancia en París descubrió su interés por la literatura y el arte.
Más tarde, encontró trabajo como lector con S. Fischer Verlag, una empresa editorial alemana, donde se hizo amigo de Arno Holz.
Portavoz del grupo literario Joven Viena, Bahr fue un miembro activo de la vanguardia austriaca, produciendo tanto crítica como obras impresionistas.
Bahr fue el primer crítico que aplicó la etiqueta modernismo a obras literarias, y fue un temprano observador del movimiento expresionista.
Sus papeles teóricos fueron importantes en la definición de las nuevas categorías literarias.