La cruzada fue esencialmente erigida en defensa de los intereses económicos y políticos ingleses.
Aunque bien financiada, la expedición fue mal equipada y carente de liderazgo militar adecuado.
Sus propiedades y posesiones seculares fueron confiscadas por Ricardo II de Inglaterra, pero fueron devueltos en 1385, año en que acompañó al rey hacia el norte para repeler una potencial invasión francesa de Escocia.. Despenser fue un administrador enérgico y capaz, que defendió firmemente su diócesis contra los lolardos.
Al año siguiente, estuvo implicado en la rebelión de la Epifanía (Epiphany Rising), pero fue indultado.
Su hermana Juana se ordenó monja en la Abadía de Shaftesbury hasta su muerte en 1384.