En 1878 se naturalizó brasileño para poder concursar al Premio de Viaje a Europa concedido por AIBA.
Después de perder el concurso -que ganó Rodolfo Amoedo-, viajó a Roma, Italia, en 1879.
Allí, entró en contacto con la obra de artistas como Francesco Paolo Michetti y Giovanni Segantini.
El artista mantuvo vivo el contacto con la cultura figurativa italiana, viajando constantemente a ciudades como Roma, Nápoles y Venecia.
Fue también miembro del Consejo Superior de Bellas Artes, para el cual prestó relevantes servicios.