Wergeland, hombre de acción, espíritu revolucionario, patriota y profeta vivió en este periodo histórico, adecuadísimo a su personalidad.Quería reformas democráticas, elevar en todos los sentidos el nivel de las clases inferiores, incrementar la cultura y colaborar con otros países, aunque siempre salvaguardando los intereses de Noruega.Sus primeros poemas, Digte, Forste Ring (Poemas, ciclo primero, 1829), a pesar de sus defectos, están llenos de atractivo por su genio, vida y brillantes imágenes.Desde 1830 Wergeland se perfeccionó constantemente (Digte, anden Ring, 1833; Poesier, 1838) hasta llegar en el periodo 1840-45 al artista prolífico consumado.Spaniolen (El español, 1832) es una magnífica obra en verso, difícil y simbólico, en la que narra la actitud de un español liberal, en el reinado de Fernando VII, que se refugia en Noruega.