[15] La angiografía mesentérica permitió objetivar que muchas HDB eran ocasionadas por angiodisplasias y por divertículos, pasando a ser ambas causas las consideradas como predominantes.
En 1971 se describió la embolización selectiva del vaso sangrante mediante arteriografía, convirtiéndose en una alternativa terapéutica menos invasiva que la cirugía.
La arteria mesentérica superior es rama directa de la aorta abdominal, con su salida 1 cm por debajo del tronco celíaco.
[22],[23] El tercio restante del colón transverso, el descendente, el sigma, y el recto proximal dependen de la arteria mesentérica inferior.
[31] Las causas de la HDB se pueden agrupar en varias categorías, como muestra la lista que hay a continuación.
En la mayor parte de los pacientes, y con mucha distancia respecto al resto, el sangrado será debido a las hemorroides.
Pero, por definición, la HDB incluye también aquellas hemorragias cuyo origen está en el intestino delgado distales al ángulo de Treitz, es decir, en yeyuno e íleon.
No suelen tratarse de lesiones únicas y lo habitual es que sean más o menos numerosos.
[49][50] La diverticulitis aguda no suele producir hemorragia de cantidad relevante, aunque puede haber diarreas sanguinolentas o pequeñas cantidades de sangre mezcladas con las heces, y su cuadro clínico fundamental es el dolor abdominal agudo, la diarrea y la fiebre.
Otro caso característico es el secundario a la cirugía aórtica, en la cual la colitis aparece tras la ligadura de la arteria mesentérica inferior en pacientes con pobre circulación colateral que pueda suplirla.
[8][66] Anatomopatológicamente sus paredes se componen de células endoteliales a las que les faltan fibras musculares lisas.
Aproximadamente el 50% de los pacientes con colitis ulcerosa presentan una HDB leve o moderada y solo en el 4 % esta será grave.
En ancianos puede ser difícil diferenciar la colitis inflamatoria de la isquémica ya que los hallazgos endoscópicos visuales son muy similares e inespecíficos.
La incidencia de una HDB moderada o grave en esta patología varía entre el 5% y el 20% según las diferentes series.
[77][78][79] Las diversas patologías anorrectales (como hemorroides, fisuras y fístulas anales, etc.) son motivo frecuente de HDB.
Generalmente son asintomáticas pero en ocasiones pueden sangrar, trombosarse o generar síntomas menores como prurito y dolor.
Como ya es conocido que sucede en el tracto digestivo alto, sobre todo en estómago y duodeno, estos medicamentos también son causa de HDB.
Pero en ocasiones una hemorragia digestiva alta cuyo tránsito intestinal sea muy rápido puede no dar tiempo suficiente a la degradación de la hemoglobina y aparecer como hematoquecia.
rara vez darán signos sistémicos suficientes salvo en pacientes ancianos, cardiópatas o con anemia previa en los que pérdidas menores pueden dar inestabilidad hemodinámica.
La mayor parte de las guías sobre HDB y los estudios realizados sobre pacientes con HDB graves o masivas indican que la endoscopia más urgente en estos casos es la endoscopia alta para descartar que el origen de la hematoquecia no es una HDA.
Como un alto porcentaje de hemorragias bajas ceden espontáneamente, hay muchos diagnósticos endoscópicos dudosos cuando no se identifica una lesión hemorrágica activa o un coágulo adherido evidentes.
En ocasiones, será la presencia de sangre en un nivel u otro del colon junto con las lesiones potencialmente sangrantes lo que nos determine la impresión diagnóstica.
Pero su especificidad, en torno al 50%, es muy baja, sobre todo si se compara con la colonoscopia o la angiografía, debido fundamentalmente a su limitada resolución.
El readiólogo intervencionista primero canula la arteria mesentérica superior, ya que la mayoría de las hemorragias hemodinámicamente singinifcativas se originan en el colon derecho.
Si en el momento de realizar la angiografía el sangrado se ha detenido, el estudio casi con toda probabilidad será negativo.
Es un método diagnóstico con una tasa de complicaciones nada despreciable, que ronda el 9%, entre ellas algunas graves como la trombosis mesentérica, la embolización iatrogena o el frcaso renal inducido por contraste.
Al mismo tiempo que se hace dicha evaluación debe estabilizarse la situación clínica del paciente con resucitación con fluidoterapia y reposición de hemoderivados si lo precisara.
La mayor parte de los pacientes podrán ser tratados con éxito mediante tratamientos aportados durante la colonoscopia o la angiografía.
[130][4] Los pacientes con HDB estables o aquellos inestables que hayan sido estabilizados tras el tratamiento resucitador inicial, la colonoscopia es la maniobra de elección.
[107][95][4][105] La otra alternativa terapéutica es la angiografía mesentérica para la detección del punto hemorrágico y hemostasia superselectiva del mismo, allí donde este procedimiento esté disponible, pero solo estaría indicada en hemorragias masivas en las que se ha descartado la HDA, con inestabilidad hemodinámica que no responde al tratamiento inicial y nos impide preparar al paciente para una colonoscopia óptima, o en aquellos que realizada la colonoscopia está no haya podido resolver el problema y el paciente continúe sangrando.