Hemiatrofia facial progresiva

En 1871 Albert Eulenburg, también alemán, fue el primero en utilizar el nombre descriptivo de hemiatrofia facial progresiva.[2]​ La causa no es conocida, se han propuesto diversas teorías, entre ellas el posible origen hereditario y genético del mal.[3]​ Otros autores creen que la causa podría ser un fenómeno de autoinmunidad por anticuerpos dirigidos contra las células del propio organismo y constituir en realidad una variante localizada de la esclerodermia.Posteriormente aparece atrofia de las estructuras faciales, incluyendo la dermis, el tejido graso subcutáneo, el músculo e incluso el hueso situado en profundidad.Se realizan pruebas complementarias como la resonancia magnética nuclear para comprobar el grado de afectación.
Imagen obtenida por tomografía axial computarizada de la cabeza de una mujer de 17 años afectada por hemiatrofia facial progresiva . Puede observarse pérdida importante de tejido subcutáneo y muscular unilateral sin afectación del hueso.